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Hace poco terminé el programa que sirve para llevar el registro de los pagos que realizan los clientes a la empresa. Empezaron a utilizar el sistema sin mayor problema hasta que se dieron cuenta de un pequeño error que era producto del anterior programa que usaban. La solución para el problemita era fácil: borrar los registros errados que se habían generado en el anterior programa y listo.
Con ayuda del PC Anywhere y soportando la lentitud que implica una conexión módem to módem usando una línea telefónica ingresé a la computadora que tenía la base de datos que presentaba el problema, yo aquí en 04 y la computadora en Quevedo.
Todo era simple, debía ejecutar una orden para eliminar los registros que cumplan con cierta condición, algo así como: “delete * from pagos where anio like 2005”, lo que quiere decir que le ordeno a la base de datos que borre todos los campos de los registros de la tabla llamada pagos que hayan sido realizados en el año 2005. Ejecuté la orden, ahora debía verificar que en verdad esos registros se habían eliminado, en mi cabeza visualicé la orden que quería ejecutar: “select * from pagos”(seleccionar y mostrar todo el contenido de la tabla pagos) y en lugar de borrar completamente la anterior orden y escribir la nueva borré parcialmente la anterior y la dejé como “delete * from pagos” y le dí enter.
Medio segundo después de presionar la tecla enter me dí cuenta de lo que había hecho; le ordené a la base que borrará todos los registros de la tabla pagos, ¡todos!. La información de tres años de pagos de los clientes se había eliminado. Después de darme cuenta de la fatídica acción no pude reaccionar en por lo menos dos minutos, estaba desesperado, totalmente bloqueado, “¡mierda, ¿qué hice?!” solo atinaba a repetirme (y lo hacía en voz alta ya que no había nadie en la oficina). No sabía que hacer, me levanté de la silla y me pusé a caminar en círculos por toda la oficina repitiendo el: “¡mierda, ¿qué hice?!”. Me daban ganas de llorar, de salir corriendo, de esconderme para siempre, no podía creer que había cometido un error de esa clase, en lugar de solucionar un problema pequeño había creado uno inmenso.
Seguía dando vueltas hasta que en lugar de repetirme “¡mierda, ¿qué hice?!” empecé a decirme: “¿y ahora, qué hago?”, poco a poco me fui calmando, disminuí la velocidad de mi paso y nuevamente me senté frente a la computadora. Le explique brevemente a la gente de Quevedo por la ventana de chat la torpeza que había cometido y les dí algunas instrucciones y precauciones que debían tener con el uso del programa mientras yo arreglaba el problema que había causado. Ya estaba mucho más tranquilo y ya tenía lista la solución, por suerte había sacado un respaldo de la información hace poco y la información de la que no tenía respaldo podía recuperarla de otras tablas de la base de datos.
Al final todo salió bien y pude corregir el problema, pero sin dudas ese par de minutos fueron totalmente desesperantes. Muchas veces me han dicho “para todo hay solución, menos para la muerte”, y después de salir de un momento de desesperación como el que pasé me doy cuenta que es cierto. En lugar de perder tiempo arrepintiéndose por los errores cometidos y preguntándose el por qué de esos errores hay que aceptar la culpa y pensar en la forma de darles solución.
Soundtrack: Krazyworld – La Ley
Viéndolo desde una óptica menos rosa: me importa un carajo las consecuencias que traigan mis acciones porque: “para todo hay solución…”. Claro que si me matan o me mato ahí si me friego..
bendito respaldo!
ROLLBACK!!! ROLLBACK!!!!
demonios, no sabes lo q es un rollback???
DUH!!!!!
Pues no, no sé lo que es un rollback, pero me imagino para que sirve. Además, dañando se aprende. (Tengo que averiguar lo del bendito rollback….)
ja ja, la plena loco… cuando te enteres lo que es, te morirás de la risa.
ya sabes para la próxima, saludos!
Huy gracias a Dios nunca me ha pasado algo así, comprendo tu actitud del momento. Yo suelo ponerme todo nervioso e imaginativo fatalista, y me imagino las peores cosas que podrian pasar. Terrible.
Nunca has sentido el dolor en el estómago, la tensión en los hombros, el calor en tu cara, la sangre amontonándose en tu cabeza, la presión en la mitad del pecho, la tembladera de piernas, la respiración agitada, el sudor frío, las pesadillas por las noches y las ganas de arrojarte del piso alto de un edificio? hombre, eso es adrenalina pura, más heavy que lanzarse en bungee jumping.