Con prosa hoy se dice humitas. En mi lejana niñez, también con mucha prosa y mucha alegría, se les decía envueltos o choclotandas. Era todo un trámite el hacer los envueltos. Había que cosechar el maíz cuando no estaba ni tierno ni zarazo; es decir, cuando estaban a punto de hacer las choclotandas. Había que quitar los catulos y luego desgranar para poner en una enorme batea de madera. Las uñas, sobre todo las de los dedos pulgares, sufrían porque se formaban padrastros, y ese dolor perduraba unos dos día, por lo menos. Las tusas preciosas municiones- servían para lanzarle a cualesquiera de los que, en minga, desgranaban el maíz.
Toda la mañana se ocupaba en esa dura tarea; pero lo más duro venía en la tarde: había que moler los choclos en el molino Corona. Las personas mayores se turnaban: dos tolvas cada una; y, los pequeños, una tolva entre dos. Se sudaba pepas. El brazo derecho se amortiguaba; y, a ratos, se quitaba la gana de los envueltos con café negro y calientito. Qué largo que se hacía el tiempo para acabar con la media tolva.
Muchos años, demasiados años han pasado de ese entonces a hoy. Con canas, con pasos lentos y ya hasta cogido algún tema, revivo gustosísimo esa época.
Don Carlos, un gran amigo, dueño de una calva que ya comienza a brillar con el sol y muy aficionado a hablar de la próstata, tiene la muy saludable costumbre de invitarnos a pasar los domingos en una casita de campo, una casita sencillamente de cuento, con su horno de leña; su aljibe; sus pilares, chimenea y tirantes, al igual que sus cueros de oveja que sirven de mullidos asientos; sus cueros de res que decoran algunos ambientes de la casa. Su patio interior que sirve para secar la cebada o el maíz; y, un elegante torreón que sirve para vigilar el corral donde pernocta el rejo. Qué hermoso lugar; más aún, cuando en las tardes de la temporada de vacaciones, se ensancha el alma al contemplar aquel enorme horizonte matizado de brillantísimos arreboles e interrumpido por el aleteo de bandadas de pájaros que buscan su espacio para engañar la noche. Qué emotivas las tardes, cuando al son de dos guitarras, se degusta los hervidos preparados por doña Piedad.
Un domingo de junio, don Carlos nos participó el deseo de compartir una tarde, haciendo envueltos. Otra vez el extenso trámite: coger los choclos, desgranarlos y molerlos. Dos tolvas cada uno. Qué zorra. Qué duro. Si de jóvenes nos cansaba, ahora peor. Imagínense: cambiar la corbata, la oficina, la cátedra, la barrigota, por un turno de dos tolvas. Ni gana de los envueltos; perdón, las humitas porque el hígado, la subida de peso, el colesterol y toda esa vaina de achaques, propios de la edad, hacen bajar la pila; sin embargo, había que hacerle a la molida.
Don Carlos, gentil como siempre, nos animaba en la molienda.
-Apúrense, tenemos que acabar. Las señoras ya tienen todo listo para cocinar las humitas.
-Oiga don Carlos, dije yo, hecho el medio hábil.- Voy a inventarme un molino de motor.
-Qué bueno, lo trae para el otro domingo- corearon todos los que sudaban moliendo.
Don Carlos, con una mirada penetrante y con una voz, mezcla de picardía y reproche, nos dijo:
-La puta pereza, los hace hacer inventores!
Qué filosofía la de nuestro amigo; ¿será esa la razón, la que ha motivado al hombre en la historia, a inventar tantas cosas?
Un post del Licenciado Delacroix
Licenciado de Delacroix:
Creo qeu es una mezcla entre pereza y necesidad, es decir lo que se busca es ahorrar ese valioso tiempo de pelado y molienda para ser invertido en algo más ameno, como una saludable y descanzada conversación.
Seguramente es la pereza la que nos hace crear, pero de que se ahorra tiempo y energía, se ahorra.
🙂
Fantasma del paramo.. una gran historia. Dejo la semillita de un beers and blogs quiteño a finales de julio.
Un abrazo
Aaah! Licenciado… Que nostalgia me ha dado leer esta entrada. He recordado aquellos hermosos y añorados días de mi niñez en que, todos ayudábamos a mi abuela a hacer humitas (yo las conocí con ese nombre). Los niños ayudábamos a desgranar y hacer las tiras y los saquitos con las hojas de choclo. Ya de adolescente me tocó ayudar a moler en el molinillo Corona porque eso de la licuadora es para “machonas”, decían mis tías, y no queda tersa la masa, decía mi abuela (que nunca ofendía a las “machonas” porque según ella, no se sabía en que momento una caería en lo mismo por la edad).
Las humitas quedaban suaves, gustosas, con queso de “a deveras”. Y las humitas de dulce con su saborcito a anís mmmmmm
Recuerdo la delicada torta de choclo que, como yapa, solicitaban mis tíos y mi abuelo para cuando se acaben las humitas.
Humitas, tortas como esas no las he vuelto a probar…
cuando cambio canales en la televisión con el CONTROL REMOTO… pienso lo mismo 🙂
Ha: las humitas me he dedicado 4 veranso de mi vida a hacer muchas de ellas par adespues venderlas a mis ansiosos y hambrientos clientes.
Con mis 19 años puedo decir que las humitas tiene un gran significado gastronomico y cultural. EL choclo como base de una alimentacion latinoamericana, al que se peude acompañar con cualquiera de las delciosas verduras de verano. Ademas a todos nos tra gratos recuerdos de la famila, vacaciones, la niñez, las madres, abuelas, y un arduo trabajo grupal, en el que se genera una comunicacion especiald entre lso que estan cocinando, en especial cuando se come algo elaborado comunitariamente.
No em aburro ni me nuinca me cansaran las humitas, en invierno al tosador,,..luego picada en cubitos con mantequilla acompaladas con un amte resultan muy reponedoras..Si alguien quiere provar la mano de mi familia en humitas luego de 4 veranos de experiencia en el valle de elqui..en pisco elqui.. si preguntan por la señora de las humitas..encontraran humitas hechas a molino..uff..con choclos,..del lugar y aceite de maravilla pura calidad y cariño
SIN EMBARGO NOSOTROS HEMOS INTENTADO POR AÑOS NO POR FLOJERA SI NO POR UNA REAL NECESIDAD IMPLEMENTAR NUESTRO MOLINO “CORONA” CON UN MOTOR, NOS DARIA MAS TIEMPO Y NO QUEDARIAMOS TAN CANSADAS…REALMENTE SIGNIFICARIA UN CAMBIO PARA NUESTRQAS VIDAS…ASI QUE SI USTED LICENCIADO LOGRA INVENTAR LA FORMA…NOSOTROS TENEMOS UN MOTOR DDE LAVADORA Y EL MOLINO …SE LO AGRADECERIAMOS ..TANTO COMO PAR ANEVIARLE HUMITAS 🙂
POR FAVOR ESPERAMOS SU RESPUESTA…ANSIOSAMENTE…
EL OCEO Y LA PEREZA SON AMIGOS DE LAS IDEAS…