Junio. Todavía en exámenes, pero con ropa nueva -no importa que la camisa, cosida por mi madre, tenga impreso en la espalda: Harina San Luis- El ambiente huele a vacaciones, a chocolatines, a gomas, a frunas. El viento empieza a insinuarse, coqueteando con las cometas cuatro sigses, un pedazo de periódico, retazos de camisetas, y el pabilo robado al abuelo-. Las tórtolas, carishinas y lloronas, en bandadas se levantan de los rastrojos y se refugian en las frondas de los capulíes , eucaliptos y pumamaques del filo de la zanja.
Qué emoción, en el grado se prepara la exposición de trabajos realizados en el año lectivo: casitas de cartón forradas de papel brillante; fruteros de barro, decorados con tierras de colores; cartulinas con paisajes de la serranía; maromeros diminutos, hechos con pedacitos de madera; trabajos hechos con pepas de eucaliptos, con hojas secas, con musgo.
-Vacaciones, canta, canta,
vacaciones, ríe, ríe;
vacaciones, canta y ríe el corazón-
Esto cantábamos a todo pulmón, mientras clavábamos las puntillas para sujetar los trabajos en las paredes.
Quien nos dirigía, era el profesor, señor Oñate. Una persona multifacética, porque , a más de profesor, era el maestro de dibujo, de mecánica, de carpintería; entrenador de fútbol, de natación; director de teatro, del coro, etc. (Es que aún no había, ni el mepedé; ni la UNE) Gracias, mi maestro.
Bueno, llegaba el día de los exámenes orales. Las mamitas los papacitos, desde ese tiempo ya eran despreocupados-, dejando la olla a medio hervir, asistían a la sabatina para sentirse orgullosas de sus guaguas memoristos, o medio avergonzadas cuando no contestaban las preguntas como la agüita
Fines de junio: a la casita con los diplomas y las medallas; y, luego, a aprontar el tamo para saltar san Pedro y san Pablo.
Por la tarde, todos los niños del barrio, llevando sogas enroscadas a la espalda, salíamos a buscar el tamo. Desde lejos se divisaba los trilladeros. Se llegaba a ellos y, luego de jugar en el tamo, haciendo túneles, dándonos volantines, hacíamos los guangos. A más de sudados, quedábamos con la cabeza llena de pelusas, sobre todo cuando el tamo era de cebada. Quedábamos también rasgados la cara, los brazos, las canillas, con el filo cortante del tamo de trigo.
En fila india, los niños volvíamos a casa cargados el tamo. Qué iras cuando el guango se paría. Teníamos que volver a recoger del suelo el tamo, para ajustarlo otra vez y echarlo a la espalda.
Frente a cada casa se amontonaba el tamo; y, el 28 de junio, por la noche, comenzaba la fiesta, fiesta tan esperada y hermosa. Se hacía pequeños montones de tamo y se les prendía fuego. El jolgorio infantil era único. Los adultos, recostados sobre el tamo y con sus jarros de hervidos, disfrutaban de los saltos y los gritos de los pequeños, mientras en sus pupilas se reflejaban las llamas blancoazuladas del tamo encendido.
-Taitico san Pedro y san Pablo, abra las puertas del cielo, cierre las del infierno y vèngase a calentar en mi fogoncito
Esto gritaban los niños de un fogón distante, mientras que los otros de acá, les contestábamos más duro. Así se iba consumiendo el tamo y el barrio empezaba a quedarse solitario.
Tanto tiempo ha pasado. Hoy solo queda la nostalgia de un recuerdo de lo que ya no será. Imposible olvidar, cuando dos niños el Coco y el Chato-, al saltar al mismo tiempo desde lados opuestos, se chocaron en medio de las llamas del fogón.
Hoy, el Coco es un próspero comerciante, y el Chato es un sargento retirado; pero los dos, siguen siendo negritos, gorditos y bajos de estatura.
-Abre las puertas del cielo, cierra las del infierno…..- sobre todo, las de este infierno!
Un post del Licenciado Delacroix
Un gran historia fantasma…
muy interesante la anecdota
tienes buena ortografia compatriota
Solo quise saludarte Phantom….
Como siempre hermosas y oportunas historias que me regresan a mi Ecuador¡¡
Otra vez me puso nostálgica Lice… pero de buena manera 🙂
Saludos.
A los tiempos que escucho la tonada de las vacaciones. Chevere acordarse de estas notas. Un saludo.
buen post señor phantom
Saludos
cuando pasara temblor ?
hola quiero solamente saber si existe lo que dicen mis amigos de los fantasmas
te amo manrque no sabes cuanto
¿ donde estoy?
quero saber q el chico q yo quiero si el me quiere