Parece raro el que por título haya puesto estos números. El asunto es que hoy celebramos el trigésimo sexto aniversario de matrimonio otra vez el número 6 y el 3, mitad del seis- No se trata de ninguna cábala, peor de números utilizados en los aquelarres, Simple coincidencia: nos desposamos un 6 de septiembre del año 1969. ¡Qué aguante!, nos han dicho algunos- Más bien considero una bendición de Dios: 36 años de haber compartido una vida, sorteando miles de dificultades, enfrentando problema tras problema, pero con ñeque de pastuso estanciero, porque soy las dos cosas.
Mirar la vida desde la cima de 36 años coronados, a uno le permite remontarse más allá de un horizonte distante, con alegrías y nostalgias; con aciertos y fracasos; con triunfos y amarguras… pero lo que cuenta en este instante, 6 del noveno mes del año 2005. Mi esposa, ya no es la chiquilla foránea, tan flaquita, que cuando se tragaba una pepa de capulí, parecía estar embarazada; ya no es la muchachita a la que podía abrazarla y abotonarme la chaqueta; ya no es la noviecita que podía acostarse en el larguero de la cama y cobijarse con una corbata, ni caminar bajo la lluvia, sin mojarse. Hoy, luego de 36 años de ser mi compañera, mi amiga y la madre de mis hijos, tiene su papada que le da seriedad a su expresión; tiene sus llantitas que le imparten gracia a su caminar; pero su risa sigue siendo la misma: estereofónica y contagiosa. Su sentido del humor no ha variado y, lo que es más, su vocabulario grueso ha mejorado, pues está convencida de que las malas palabras, oportunas y graciosas, combaten el estrés y llenan el ambiente de contento y picardía.
En este aniversario, he tenido tiempo para reflexionar y hacer un inventario de lo vivido. Sé que hoy es fácil casarse y , mucho más fácil, divorciarse. Sé que hoy está de moda el dar madrastra o padrastro a los hijos. Sé que hoy un compromiso matrimonial es algo formidable, grandioso, pero por la fiesta, los arreglos, los trajes sacados a plazos. La música, los regalos, que van desde una licuadora, hasta las llaves de un auto último modelo, pasando por pasajes para viajes primorosos. Bueno, así, cualquiera se casa.
Desde la cumbre de mis treinta y seis años de casado, recuerdo como fue mi matrimonio: yo, el novio, modestísimo maestro de colegio. La novia, estudiante universitaria de primer año, que ante la muerte de su madre y el haberlo conocido a su padre, todo quedó allí. La fiesta, en el patio de la casa de mis abuelos, casita de campo con rumor de río incluido. Los licores: puntas traídas de Chucunés, preparadas para que sean bebibles. La música eso si con orquesta- claro que yo mismo era el maestro mayor, el director, el dueño, etc. Los integrantes: cinco colegiales: el Gato Zambrano, el Julio Huevo, el Viejo Vásquez, el Colorado Wilo y el Carlitos Rueda. Este último era el que nos proporcionaba el transporte: esperaba a que su padre se durmiera y se sacaba un Willys de la segunda guerra mundial – con cariño le decíamos Jerry Lewis- Le sonaba hasta la pintura.
Los regalos eran cositas insignificantes pero llenas de mucho afecto. Recuerdo dos regalitos, los más importantes: un cenicero de murano azul y un salero de arcilla. En forma de manzana Recuerdo que también sufrí mi primera desilusión en el trabajo, puesto que pasé el parte y la invitación a todos mis compañeros, desde el Rector hasta el conserje: fueron demasiados pocos los que asistieron .-Al menos eso me valió para no involucrarme nunca en alguno de los grupos odiosos que suelen formarse en l os lugares de trabajo-
Empezamos a vivir en un departamento que arrendamos, si es que departamento se llama a tres cuartos vacíos, con patio de por medio para llegar al baño, con un perro insoportable que nunca se hizo nuestro amigo, y una dueña de casa que sacaba la cabeza, cada vez que alguno de nosotros se asomaba al patio.
Con sueldo de pobresor, sin posibles herencias y con deudas, comenzamos a caminar estos 36 años. Ni siquiera teníamos una bacinilla, y era un tarro de galletas Gloria, el práctico utensilio que ayudaba a evacuar las líquidas necesidades nocturnas.
Hoy, después de tres décadas y media, la cosa es diferente. Nuestro amor, más firme y sólido. La armonía del hogar, superior a la de los Gatos: y, lo que es más, tenemos tres haciendas y una la estamos negociando. Si increíble, pero cierto. Las tres haciendas son nuestros tres hijos profesionales; y, la cuarta, nuestro último hijo que está por finalizar su carrera universitaria.
Gracias a la vida. Gracias al Señor, por habernos permitido ser príncipes a nuestra manera, como dice una leyenda en el guardafango de una chiva colombiana.
Un post del Licenciado Delacroix
Felicitaciones Licenciado! Me uno a su felicidad y la de su familia.
Que cumplan otros 36 y mas!
Licenciado:
Es muy posible que lo conozca. Nací en Ibarra y crecí en Tulcán.
Tengo muchas anécdotas de mis abuelos que me gustaría compartirlas.
Lo felicito por su peculiar sitio web.
Escríbame
Pablo
Actualmente resido en Europa.
Me cuento en el grupo de los que no vemos con mucho entusiasmo el matrimonio, pero respeto y admiro casos como el suyo y como el de mis mismos padres (27 años de aguante cumplidos hace poco). De mi parte, felicitaciones.
“tenemos tres haciendas y una la estamos negociando. Si increíble, pero cierto. Las tres haciendas son nuestros tres hijos profesionales”
LA estan negociando a phantom?
XD
Nice… 36 años. That’s a LOOOOOOONG time. Felicidades. Y que vengan muchos más =)
Grasias Lisensiado:
Por sus savias enseñansas pude ogtener una vuena hortografia. Recuerdo que revagaba 2 puntos por cada falta. Gue vuena su claze de literatura; cacté mucho para la bida y para enriqueser el serevro y el corason.
No me olbido de su claze de presectiba literaria; tantas fijuras que nos conpartio.
Que dios lo vendiga y aya desidido escrivir en puvlico, porque ya me preguntava, pórque cerá que mi maistro no publica un livro, teñiendo tantas bibemsias, esperiensias y conosimientos?
Estamos para apoyarlo. Grasias!
Pablo
Feliz Aniversario!!!!
No es admirable ese aguante del licenciado, en vista de que en ese tiempo era muy sagrado el matrimonio y para tomar esa dicisión se entendía que la pareja se amaban y otra cosa fundamental se debe a la formación de hogar y a saber aplicar los valores humanos que al momento se están perdiendo, felicitaciones, ámala mucho más a mi comadre porque eso es lo único que le queda al esposo